Opinión: el Xbox 360 y el PS3 están frenando a la nueva generación

El peso que oprime al Xbox One y al PS4


¡Qué curiosa es la industria de los videojuegos! Quizá sea el único negocio en la Tierra que se sabotea sistemáticamente cuando sus reproductores están en el punto más alto de popularidad. Piénsenlo un instante: tanto Xbox 360 como PS3 llegaron a 80 millones de sistemas vendidos, un mercado gigantesco para explotar y ¡bam! en ese momento decidieron tirarlo todo a la basura y empezar desde cero.

¿A qué viene todo esto? A las declaraciones de Alex Hutchinson, director creativo de Far Cry 4, quien se dio a la tarea de explicar por qué, a pesar de los pronunciados avances tecnológicos de la nueva generación, el mundo dentro de su juego sería del mismo tamaño que el de su antecesor. La razón fue privilegiar la profundidad.

No estoy diciendo que el argumento sea falso, pero cuando reparé en las plataformas para las cuales estará disponible Far Cry 4, empecé a sospechar.

Los 2 primeros juegos que tuve para Xbox One son Assassin's Creed IV: Black Flag y Titanfall (sí, aunque no lo crean). En realidad son excelentes si hablamos de mecánicas de juego, pero en cuanto a gráficos resultan francamente decepcionantes. Lucen 15% o quizá 20% mejor que sus versiones para la camada previa de sistemas, y lo mismo aplica para Call of Duty: Ghosts, uno de los títulos más desangelados de la serie en la última década.

The Witcher III tal vez sea el primer juego real de nueva generación y saldrá hasta 2015
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¿Qué tienen en común esas entregas con Far Cry 4? Todas salieron para ambas generaciones de sistemas.

Ahora que lo pienso, esta industria no es la única que evoluciona cuando está en el punto más elevado de popularidad de cierta tecnología. La del entretenimiento en casa también lo hace, de otro modo, aún seguiríamos viendo películas en formato Beta. Sin embargo, una diferencia importante es que, en el caso del cine en casa, el éxito de un formato no equivale a un lastre para el medio completo. Sí, aún existe el DVD, pero jamás he sospechado que una película tenga efectos especiales mediocres para satisfacer las capacidades de ese formato; eso sí ocurre en los videojuegos.

Mi hipótesis es que, digan lo que digan los desarrolladores, la nueva generación aún no puede despegar porque a las distribuidoras les cuesta mucho trabajo echar a la basura 160 millones de consumidores instalados previamente. Un excelente ejemplo fue el título de la Copa del Mundo que sólo salió para los sistemas anteriores.

En esencia, no hay un problema con ello. Para quienes todavía no adquieren el Xbox One o el PS4 (que son muchos) resulta muy triste ver sus sistemas relegados paulatinamente, el problema es que esa atención repartida impide que los nuevos juegos exploren nuevas posibilidades.

El apego a la generación pasada aún es tal, que ciertos juegos todavía son exclusiva de dichos sistemas
El apego a la generación pasada aún es tal, que ciertos juegos todavía son exclusiva de dichos sistemas

"Aunque la idea es que más grande es mejor, nosotros pensamos que la profundidad es más importante", dijo Hutchinson, y yo digo: ¡Pamplinas! Si Far Cry 4, Assassin's Creed IV: Black Flag, Call of Duty: Ghosts y otros no fueron ni serán lo que se espera de ellos es porque simplemente no pueden. Si esos juegos apuntan muy lejos en términos tecnológicos, se vuelven inadaptables a la generación previa y eso todavía no es una opción válida para la mayoría de las distribuidoras, ¿y cómo lo conseguirán si implica sacrificar un océano fértil de 160 millones de clientes?

Cuando lo veo así, me sorprende incluso que estén en camino títulos exclusivos de la nueva generación, como Assassin's Creed Unity. No tengo una idea exacta de cuánto le está costando a Ubisoft, pero no dudo que sea mucho y el universo de consumidores es de menos de 15 millones en la nueva generación. Si Unity costó cualquier cantidad cercana a $250 MDD (lo que no es descabellado si pensamos en los estándares actuales), entonces precisa vender una copia, cuando menos, a la mitad del número de poseedores de un Xbox One y PS4 para ser negocio. De otro modo, Ubisoft saldrá, como decimos en México, "tablas" (ni ganará ni perderá) o incluso sacrificará capital.

Así las cosas, se entiende por qué muchas entregas son para los sistemas anteriores. Se trata de jugar a la segura, aunque eso signifique aplicar el freno de mano a la calidad de los productos para Xbox One y PlayStation 4.

Y qué decir de Watch_Dogs, que prometió maravillas y terminó viéndose regular
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¡Ojo! No estoy diciendo que esté mal tener un Xbox 360 o un PlayStation 3, o que estos sistemas deban ser desechados. Ambos son excelentes aparatos que nos han dado cientos de horas divertidas y merecen atención.

Sencillamente se trata de señalar una realidad: que bajo el esquema en el que opera nuestra industria, mientras siga habiendo juegos intergeneracionales, el nuevo hardware no podrá alcanzar su máximo potencial porque los estudios tendrán que poner un límite a sus planes. En otras palabras, por ahora no es viable desarrollar productos 100% next-gen debido a que el negocio aún no es 100% next-gen. Todo lo creado tiene un doble estándar: debe ser avanzado, pero no tanto como para ser incompatible con la tecnología de antes.

Ahora bien, esta tendencia no va a durar para siempre. Es razonable pensar que, si muchos de los títulos más ambiciosos y llamativos para la nueva generación saldrán hasta 2015 es porque los distribuidores, nada tontos, quieren reunir más mercado antes de apostar a lo grande. Lo triste es que los consumidores más entusiastas deban esperar 2 años —aunque ya invirtieron en sus sistemas— para satisfacer su apetito de verdadera evolución. Se siente como un engaño, ¿no creen?

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