Armas en videojuegos: occidente vs oriente

Un vistazo a como es visto el equipamiento dependiendo de donde estés


Todos sabemos que existe una gran variedad de juegos de video: los géneros cambian, el tipo de juego, el estilo artístico, la complejidad de sus controles. Existe, sin embargo, un elemento poco analizado en esta variedad: las diferencias de construcción y tratamiento de las herramientas para el combate entre los juegos occidentales y los orientales.

Occidente

Los juegos occidentales toman las armas como un elemento de poder. Cuando un personaje utiliza un arma, se hace mucho más poderoso, aumenta de manera importante su agencia. En juegos como Call of Duty, las armas hacen que el protagonista sea poderoso. Sin ellas, no puedes disparar, mueres de golpe.

Esto también entra en juegos de otros estilos. En un juego como Shadows of Mordor, por ejemplo, las armas tienen runas, lo que aumenta las capacidades del protagonista. Incluso considerando que tiene un sistema de experiencia que permite “subir de nivel” al protagonista, su poder interior no aumenta demasiado, más bien se agranda su arsenal con otras armas. Es el arma la que tiene las runas, no es la fuerza del protagonista mismo. Incluso en RPGs, donde la fuerza de los personajes tiende a escalar con la experiencia, las armas son vitales. En Dragon Age, los magos, los personajes con más fuerza interior, necesitan un bastón para concentrar su fuerza, solo logrando utilizar bien sus hechizos con ellos.

Oriente

En el caso oriental, las armas son una extensión de la fuerza del protagonista, o del personaje en sí. Un personaje de un RPG como Final Fantasy se hace fuerte a través de sus experiencias con el mundo, y las armas son una extensión de su poder. Un personaje en nivel 99 puede matar enemigos de nivel 60 sin armas, sin equipo, eso sin siquiera tomar en cuenta la magia. Si la tomamos en cuenta, puede matar cualquier enemigo sin problemas. El poder viene de adentro.

Muchos nos preguntamos, durante nuestra infancia, por qué en un juego como Final Fantasy VIII las balas a veces hacían efecto y en otras eran inútiles. Pasa que a diferencia de un juego occidental, donde un arma de fuego simplemente mata si el tiro es bueno, una pistola o metralleta en oriente es una extensión del poder del que la usa. Si el que la usa es un guardia que nadie conoce, que no ha tenido experiencias, entonces va a ser poco efectiva. Si el villano central la usa, va a ser mortal.

Incluso en casos que parecen ser la excepción, como en Demon Souls, Dark Souls y sus secuelas, donde las armas pueden mejorarse y son de importancia vital, esta mentalidad no es una excepción. Las armas se hacen más fuertes, es cierto, pero escalan con la fuerza del protagonista. Mientras más fuerza (esto manifestado en diferentes “stats”) se tiene, más golpea el arma.

Esta diferencia, difícil de ver a primera vista, permea todo el catalogo de occidente y oriente. Por eso, a veces sin darnos cuenta siquiera, sentimos que un juego es distinto a otro, a pesar de ser muy parecidos en temática y género.

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