¿Hay algún problema en ser vegetariano y jugar Monster Hunter World?

Cuando nuestros gustos colisionan con nuestros principios


A nada de que Monster Hunter World se tome la escena multiplayer en consola, Keza MacDonald, editora de la sección de videojuegos de The Guardian, publicó una columna titulada “Should vegetarian gamers go on virtual killing sprees?” (¿Los gamers vegetarianos deberían caer en masacres virtuales?”).

El título, bajo un Anjanath en 4K, era llamativo y más aún lo era comentar sin leer la columna, pero el texto llevaba a un tema mucho más de fondo que tus ideales alimenticios: se refería a la lucha entre tus creencias y gustos, a cómo lograr un balance y entender de verdad qué estás haciendo en un videojuego.

The Guardian y Monster Hunter

MacDonald admite ser vegetariana (casi paradójico) y también disfrutar a tope MHW (de hecho, le dio 5 estrellas en su reseña en The Guardian), pese a ser un juego basado en la cacería y en aprovechar cada fibra del cadáver del monstruo asesinado para tu equipamiento, algo no muy distante a la producción industrial de carne.
Sin embargo, afirma conocer jugadores -que comen carne industrializada- que lo han tachado de desagradable y que ven negativa esta cacería virtual o violenta en exceso.

Pese a que la cacería en MHW no es una lluvia de sangre ni tripas, la violencia del evento es explícita dentro de su ficción. En este punto algo se intenta decir de forma sutil y que incomoda a algunos jugadores al mismo tiempo que nos indica que no sólo es importante el modo de juego, también lo es su justificación.

Conforme la tecnología aumenta y los detalles se vuelven abrumadores, el Anjanath que estás rastreando se vuelve más real de lo que quisieras. Ya no le estás disparando a una nave alienígena sin voz ni sustento aerodinámico ni tampoco a una figura rectangular que supone ser un jefe, es un Anjanath casi tan real como un T-Rex de Hollywood.

Y no es sólo su textura: respira, inspecciona el lugar, caza a otros, escapa cuando está herido y actúa como un ser que no necesita de tu presencia para existir. Esto, dependiendo de tus gustos, puede representar un obstáculo para disfrutar el juego o puede ser el máximo desafío.

"Siempre me ha gustado la serie sin haberme metido en ella. Planeaba introducirme con World y jugar con amigos. Hasta que vi gameplay de la Demo el año pasado donde le estaban cortando las alas a una criatura mientras estaba viva y era demasiado para mi..."

Recompensas y gratificaciones

Otro juego de tintes similares, estrenado durante este excelente verano para los videojuegos, es Shadow of the Colossus para PS4, totalmente rehecho. La misma MacDonald menciona que las victorias contra los magníficos colosos mezclan superación y melancolía.

En ningún lugar de la pantalla te dicen “bien hecho, mataste al monstruo”, tampoco mejoras a grandes rasgos. Al contrario, te vuelves oscuro, sombras escapan desde el coloso y te desgarran para llevarte de nuevo al lugar donde partiste sólo para volver a atacar a un ser que no se presenta hostil ante ti. Sin malentender, Shadow of the Colossus es lo más cercano que hay a una obra de arte en el mundo gamer, pero el juego siempre nos quiso decir que nuestros actos no eran heroicos.

En Monster Hunter World el farmeo de mejores ítems viene de la mano de desmembrar y degollar animales virtuales. Es una simulación y nunca entramos a detalles como “corta el tendón de aquí para que la piel salga más rápido”, pero más de alguien si se va a imaginar esto.

Los niveles de comodidad ante los diferentes escalones de violencia son variables y determinan nuestras reacciones, pero terminan actuando como una válvula para poder dejar escapar instintos o sentimientos. Esta tesis es compartida por varios investigadores, quienes afirman que los videojuegos no producen trastornos (diferente al vicio), si no que podrían potenciar a quienes ya los tengan y servir de escape o refugio para los mismos.

Jane McGonigal, autora del libro Reality is Broken: Why Games Make us Better and How Can Change the World, precisa que estos sentimientos encontrados por algunos en MHW se podrían deber a la inmersión que produce ganar y, siendo más específico, que ganar sea asesinar a un animal.

Conocer nuestros gustos

El fin de este artículo no es alejar a los jugadores, si no poner en la mesa una discusión y un sendero de cómo analizar lo que consumimos y de cómo reforzar algo único e irremplazable de nosotros mismos: nuestros gustos e ideales.

De seguro hay videojuegos que minimizan estos dilemas internos y muchos no deben tenerlos, pero cuando jugamos PlayerUnknown's Battlegrounds ¿respondemos a la necesidad de superar a otros o nos gusta el trabajo en equipo? Además, siendo un juego bastante único en su mecánica, pero que está siendo altamente replicado ¿vamos a jugar cualquier Battle Royale que se nos cruce?

¿Y para qué leer lo que MacDonald piensa sobre Monster Hunter World? Porque nuestros gustos nos definen y nos guían. Tal vez tus cientos de horas en LoL te han hecho más sociable, tal vez tus victorias en PUBG te han mostrado que te gusta la guerra, tal vez cazar monstruos da paz a instintos que hoy no satisfacemos o te hace pensar en la crueldad animal.

Tal vez cada coloso caído te hizo ver qué tan poderoso puede ser nuestro egoísmo o tal vez has aprendido a perder. Well Played.

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