Experiencia de juego de One Piece Pirate Warrios 3

Namco Bandai se ha encargado de hacer juegos para los fanáticos de sus sagas. Allí se nota el amor que hay por esos productos. En esta oportunidad, no haremos el review técnico. Una segunda opinión, una experiencia de juego será lo que leerán a continuación.

Se escogió PS3 por un motivo simple, más que buscar gráficos espectaculares, este tipo de títulos necesitan entretener para ser exitosos. Los “hardcore” fans de One Piece y el animé en general son muy exigentes al momento de jugar y escoger sus juegos.

Este juego es bastante fluido en el aspecto técnico, aunque baje los framerates en la versión de PS3, los combos veloces, la jugabilidad fácil para alguien que no es fan de esta saga. Si lo quieres jugar de una vez, te cuento que 15 horas en promedio dura este título en su modo historia, que trae muchos cutscenes y mucho diálogo, pero las peleas son bastante entretenidas. Cumple con el que uno vuelva a sentirse niño o a soñar con ser un peleador muy poderoso.

El sistema de batallas sigue la línea de los juegos anteriores y en especial de otros títulos de animé lanzados por Namco Bandai. Mucha acción, de esa que duele (?). Lo nuevo es el “Kizuna”, el “tag” que permite recibir ayuda de amigos para realizar distintos ataques, los que no son más poderosos que otros (innovar haciendo un poco más de lo mismo).

De animaciones fieles a la serie, este título saca el jugo a la querida PS3, la que muchos dejaron tirada al comprar PS4. La historia en el modo Diario de Leyendas es el punto más positivo, al igual que la gran cantidad de personajes y que en otros modos de juegos, tendrás muchas horas de juego (que superan al modo historia).

Lo malo es lo repetitivo del modo historia y la falta de acción, ya que hay muchas cinemáticas. Además, que las bajas en los framerate te puede jugar una mala pasada en algún momento.

Como fan service cumple, un juego que busca reflejar el manga y el animé en tu consola. Entretiene mucho, pero Namco Bandai debe hacer algo bueno para no aburrir a su público fiel.